Jornada Pechacuha night Sevilla 2012: Rehabitar el espacio público

Autor | Pedro Borja Muñoz // Marina Fernández // Antonio Rabán // Sergio Mota


La conferencia tiene lugar en el teatro Alameda. La exposición se basa en un discurso de 6,5 minutos, 20 imágenes para las que se disponen de 20 segundos de explicación por cada una.

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CON(TACTO)

01 | ¿Se hace realmente necesario hablar de vivienda social? ¿Por qué ha aparecido este concepto, por qué hablamos de él, acaso no habría de ser la vivienda ya de por sí social?  ¿No será por el hecho de que las unidades habitables no se adaptan a la colectividad que las experimenta? Posiblemente.

02 | Una llamada, una introspección, un descenso. En ocasiones, no está de más retratarnos a nosotros mismos, mirarnos en el espejo, o tal vez desde la distancia, y pararnos a reflexionar. Otear nuestros propios designios, escrutarnos. Detenernos, mirar hacia uno y otro lado, datar lo que nos rodea porque también forma parte de nosotros. Vamos tan rápido en esta acelerada cultura contemporánea que no nos damos cuenta de lo que vamos dejando atrás.

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03 | La arquitectura es una propuesta de límites humanos, el segundo vestido del hombre tras sus ropajes. Sin embargo, la arquitectura de hoy día no sabe de la condición humana del hombre, o al menos no considera prioritario preguntarse por ella. Las tendencias globalizantes, capitalistas y especulativas destruyen la identidad del ser humano al que representan, como si de números binarios de un enorme sistema se tratasen.

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04 | El factor orgánico del hombre se destruye, se desdibuja y se difumina. Se diluye en una vida planificada por el movimiento moderno en la era postindustrial del siglo pasado (8hrs trabajo, 8hrs ocio, 8hrs sueño). La rutina, los procesos y mecanismos que experimentamos, incluso nuestras propias relaciones personales, ausentan nuestra esencia natural en pos de un desarrollo industrializado.

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05 | La ciudad, el escenario del hombre moderno, su hábitat artificial generado como adaptación necesaria para su supervivencia y comodidad, al igual que el oso hiberna en invierno, o que el ave construye su hogar en las copas de los árboles y campanarios, se convierte, sin embargo, en su propia cárcel: un mero soporte para llevar a buen puerto sus actividades productivas, sin dar cabida a las personales.

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06 |  Inmersos en esta ciudad autómata e impersonal, es lógico que las unidades de servicio que configuran nuestra urbe, o viceversa, muestren un profundo desarraigo frente al hombre. Un hombre desterrado, expropiado, que no ha dispuesto de la posibilidad de modelar su vida oprimido ante la imposición subyacente de una serie de homogéneas celdas estándar llamadas viviendas modernas que proliferan vertiginosamente en todas direcciones.

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07 | Habitares crudos, asépticos. Dispositivos funcionales de límites impuestos y preestablecidos. Cápsulas unidas pero divididas, agrupadas pero aisladas, ocupadas pero sin alma. ¿Qué sitio queda entonces para sus habitantes, no debieran colaborar los espacios que nos acompañan a lo largo del curso de nuestra vida a construirla, no deberíamos trabajar arquitecturas con alma?

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08 | Sumido en un estado de letargo, satisfecho en el seno de la cabina que le incomunica y aísla del exterior, el hombre moderno cada vez prescinde en mayor medida de las posibilidades de la colectividad. Se refugia en su «yo» más íntimo, de forma que el espacio común se convierte en una escena de velos y máscaras.

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Santos Díaz. Bubble. / Antonio Mercero. Fotograma del film La cabina.

09 | Frente a la estandarización de la existencia, se hace necesario repensar sus escenarios, los soportes que permiten que esta tenga lugar y se desarrolle: desde los más personales, la habitación, la casa, hasta los más interactivos, el portal, la galería, el patio, la calle, la plaza, todos ellos conglomerantes de una matriz de oportunidades perdidas, esas oportunidades que queremos requerir hoy aquí.

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Jacques Tati. Fotograma del film Mon oncle.

10 | Acaso podríamos empezar por desempolvar el hogar, quitar su embalaje y hacer entrar de nuevo la luz en su interior. Para ello aquí nos encontramos, frente al umbral de nuestra identidad. La puerta de nuestro mundo más íntimo, un lugar en donde debieran reunirse todas aquellas cosas que nos caracterizan, nuestra personalidad. Esa debería ser nuestra vivienda: de esa forma, incluso podríamos quitar el recurrente término social que se le asocia.

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11 | Nuevas vías surgen, con la arquitectura repensada desde una actitud de comunicación y esperanza. El arquitecto holandés Aldo van Eyck, no hacía otra cosa que desembalar y desempolvar aquellos espacios vacíos de Amsterdam tras la II Guerra Mundial. Recuperar el concepto de espacio público como símbolo de socialización y de expresión de la ciudadanía, aportando nuevos modos de re-ocupación y re-generación del espacio.

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12 | La calle, la plaza, los espacios comunes, esa matriz de oportunidades perdidas, deben ser concebidos como la prolongación de nuestra vivienda y por ello no pueden transformarse en vulgares estancias o corredores de tránsito. Deben de ser en si mismos, lugares por y para la convivencia, espacios de permanencia, donde quedarse y divertirse. Lugares de sinergias, aconteceres inesperados, nuevas atmósferas, nuevas fuentes de vida.

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13 | En base a este pretexto, la identificación con lo colectivo es el principio básico para contribuir a la eliminación de la situación de exclusión y marginación, como consiguen llevar a cabo el colectivo de graffiteros ¨Boa Mistura¨ en las  favelas de Sao Paulo, en donde niños del lugar participaron en una operación de reactivación que trataba de resaltar con color los valores  de una comunidad.

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14 | Interacciones pretendidas, como las anteriores de Van Eyck y Boa Mistura, o espontáneas, como el simple hecho de tender la ropa es capaz de generar una atmósfera de identidades comunes e intercambios en los lugares más próximos a la vivienda, colonizando espacios de comunidad y dotándolos de una suma de personalidades heterogéneas.

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15 | La vivienda es un escenario de cambios, transformaciones y evoluciones. También de actitudes y temperamentos, de modificaciones en estructuras familiares (el hijo adolescente, el que abandona el hogar porque acaba de conseguir trabajo…), de acontecimientos, por tanto, frente a las rígidas cajas que se nos propone habitar debemos reclamar la riqueza de la flexibilidad y la adaptación a los dinámicos modos de vida..

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16 | En contextos límite basta con implantar un activador en el espacio colectivo para generar rápidamente situaciones inesperadas, lugares de encuentro. Cualquier punto del espacio público es un atractor en potencia y es susceptible de liberar tensiones ocultas que se están produciendo. Zuloark instala una serie de instalaciones urbanas en la Gran Vía en la noche en blanco de Madrid que luego se reutilizan en el asentamiento de la Cañada Real.

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17 | Movimientos espontáneos de acuerdo comunitario surgen ante la incapacidad que tienen los estamentos organizativos públicos sociales de solucionar sus problemas-necesidades. Se desarrollan intercambios de todo tipo, banco del tiempo, talleres, eventos festivos, folclore…Los espacios suelen ser sus propias viviendas, espacios libres colectivos, espacio público como el barrio San Bernardo o el Palacio del Pumarejo.

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18 | La utilización de tecnologías como instrumento para la comunicación y la organización social es una herramienta esencial para actuar como colectivo en sus diferentes escalas y establecer relaciones de cierta intimidad colectiva. En nuestras ciudades disponemos de la infraestructura necesaria: pizarras, wifi y telefonía móvil que conectan a la colectividad mediante tablones de anuncios, quejas y peticiones, sugerencias, avisos…etc.

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19 | Podemos conseguir, con estos sistemas de organización, redefinir los límites entre lo privado: la vivienda, el refugio y lo público: lo exterior a la vivienda, difuminándolos de tal modo que la experiencia urbana sea más rica, diversa y compartida. Podemos compartir otras facetas de nuestra intimidad en el interior del espacio público.

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20 | La vivienda social es una puerta abierta al entendimiento de la ciudad desde un enfoque transversal. Una oportunidad al intercambio, a la organización, a la entropía, a la identificación e implicación de las personas en la construcción de su medio urbano desde la intimidad de su vivienda.

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